© por Liduvino Oscar Quiñones Ruiz
DESARROLLO DE LAS ACTIVIDADES MARITIMAS Y PORTUARIAS
La construcción de los muelles y sus facilidades accesorias posibilitaron
el incremento del desarrollo de las actividades en el puerto de Banes, tanto
las correspondientes a la exportación de azúcar y mieles producidas en los
centrales Boston y Preston, como las de importación de cargas generales, las
así llamadas cargas blancas.
Se instaló, además, toda una red de vías férreas que facilitaba la
comunicación del puerto con los centrales Boston y Preston y con los
departamentos comerciales de la United Fruit and Sugar Company radicados en
ambas localidades.
Así lucía en 1920 el
muelle pequeño del puerto de El Embarcadero. En segundo plano en la foto, a la
izquierda, el Barrio de Ceuta y en igual plano, al centro, los almacenes de la
Aduana.
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En esta época, en la cual el acceso al pueblo de Banes por carretera aun no se había desarrollado lo suficiente, puesto que existían sólo los caminos vecinales, con tramos verdaderamente intransitables, particularmente en época de lluvias, tanto la navegación, incluida la de cabotaje, como el transporte por ferrocarril eran esenciales para el desarrollo económico y social del territorio municipal. En lanchas y en lanchones se transportaba buena parte de los materiales e insumos necesarios, además, de establecerse por la vía marítima la comunicación con otras localidades del término municipal y con otros villas vecinas, tales como Gibara y Baracoa, consolidadas como municipios con anterioridad, procedentes de las cuales llegaron a Banes personas con instrucción y oficios.
Lanchas y lanchones en el muelle pequeño del puerto de El Embarcadero |
Estas actividades comerciales, y también las que se realizaban con el exterior del país, en una etapa inicial estaban a cargo de una Compañía Naviera Cubana, la cual operaba barcos bajo bandera de otros países, tales como Panamá y Grecia, algunos con nombres muy criollos como Baracoa y Oriente, pasando luego a encargarse de las relacionadas con el comercio exterior la Maritrop Trade Corporation, subsidiaria de la United Fruit and Sugar Company con sede en Boston, puerto norteamericano que recibía las producciones de azúcar y miel exportadas y del cual se recibían las cargas blancas. Dichas relaciones comerciales garantizaban desde el suministro en tiempo y forma de las mercaderías, las cuáles se expendían en los departamentos comerciales de Banes y Preston, hasta todos los insumos requeridos por los hospitales de la UFCo ubicados en estos pueblos del Oriente del país, en el desarrollo de sus labores asistenciales, incluidos los equipos médicos, además de todo tipo de materiales y accesorios en general, incluso automóviles. Los comerciantes particulares, que se dedicaban al comercio mayorista y minorista, también recibían las mercancías por esta vía.
Al puerto de El Embarcadero arribaban de forma sistemática y periódica
barcos de carga, buques mieleros, buques tanques.
A partir del año 1935 este puerto se convierte en un subpuerto del puerto
de Antilla, atendiendo a que en sus muelles eran descargadas las mercancías
destinadas a Banes y a Preston.
Buque mielero de buen
porte en el muelle largo de El Embarcadero. Nótese, además, la presencia de otros buques en los muelles. La imagen es
muy ilustrativa del tráfico que existió en este puerto
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LA CRIADA: EL REMOLCADOR MÁS
RECORDADO
En el año 1919 el remolcador El Criado fue sustituido por el
remolcador La Criada, el cual estuvo desarrollando sus labores de forma
ininterrumpida durante 30 años, hasta 1948.
La tripulación de La Criada la formaban el capitán Vargas,
sustituido en 1933 por Arturo Castelo Gilbert, José Ibarrarán como Jefe de máquinas,
Alberto Agüero Raspait era el engrasador y los marineros Asdrúbal Vega y Carlos
Montero.
La Criada
fondeada en el espacio que habitualmente ocupaba entre los muelles largo y
pequeño del Puerto de El Embarcadero. Año 1928 |
El remolcador La Criada en el muelle del puerto de El Embarcadero en el año 1938 |
El remolcador La
Criada realizando sus labores en las proximidades de la entrada al estrecho
de Banes (El Cañón) en el año 1938
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En el año 1948 el remolcador La Criada fue sustituido en sus funciones por el remolcador Macabí, el cual llegó al Puerto de El Embarcadero procedente de Estados Unidos y fue recibido por la misma tripulación de La Criada. En un lamentable y espectacular accidente, ocasionado por la explosión de un cilindro de gas de la cocina de a bordo de este remolcador, perdió la vida el marinero Carlos Montero, excelente pelotero, integrante del Equipo Portuarios.
El
Remolcador Macabí en El Cañón de
Banes en 1953. Foto tomada en la última curva a la entrada, cuando soltó el cabo del barco. |
El Macabí remolcando a un buque dentro de la bahía de Banes. Nótese en la chimenea del buque el emblema de la Maritrop: una M. |
LA LANCHA BOSTONIA
Esta lancha había sido comprada por la United Fruit and
Sugar Company al rico comerciante gibareño José Antonio Boela y Tauler e
inscripta como propiedad de la Compañía Naviera Cubana “Navegación Costanera”.
Era utilizada para trasladar las brigadas de trabajadores portuarios al muelle
de Macabí, para cargar los barcos azucareros y en el traslado del práctico del
puerto a los buques, luego fue sustituida en estas últimas funciones por un
barco velero de unos 22 metros de eslora (largo). Su maquinista era José
Martínez Hidalgo. Permanecía en los muelles de El Embarcadero, junto a La
Criada.
LA GRAN FLOTA BLANCA DE LA UNITED FRUIT AND SUGAR COMPANY Y SU RELACION CON
EL PUERTO DE EL EMBARCADERO
En el caso de los puertos ubicados en la bahía de Banes, dadas las
características del estrecho que da acceso a la misma, los barcos de la Flota
Blanca de la United Fruit and Sugar Company utilizados en el transporte por la
vía marítima eran en general buques
cargueros, arrendados por la UFCo a la Empresa Hondureña de vapores, los cuáles
navegaban bajo la bandera de ese país centroamericano. Estos cargueros eran
capaces de transportar en sus bodegas de 26 000 a 30 000 sacos de azúcar de 325
libras cada uno, los cuáles, a partir de la modernización del puerto de Boston,
se transportaban a granel. Dichos barcos contaban también con posibilidades de
acomodar en ellos a algunos pasajeros, las cuáles eran utilizadas por los
funcionarios y trabajadores de la UFCo para
sus viajes de negocio o de vacaciones. Los hijos de familias radicadas
en Banes, que cursaban estudios en universidades y colegios norteamericanos,
también usaban esta posibilidad para trasladarse durante los períodos
vacacionales.
Aunque eran un total de 7 los cargueros, que integraban el grupo de barcos
arrendados, los que con más intensidad han permanecido en la memoria histórica,
relacionada con el Puerto de El
Embarcadero son el Mabay, el Choloma, el Maraví, el Manaquí
y el Mayarí, particularmente los dos primeros.
El
carguero Choloma cargado de azúcar del central Boston saliendo a mar
abierto. Sus características eran similares a las del Mabay, pero contaba con facilidades sólo para 10 pasajeros. |
FUNCIONARIOS DEL PUERTO DE EL EMBARCADERO
El Puerto de Banes era atendido por un superintendente de
marina, que lo fue Euclides Irrizarí Ortiz, puertorriqueño de origen, que
hablaba inglés fluidamente aunque también desempeñó esta función, en cargo de
asistente, Julio Neddermeyer, de origen alemán.
Euclides
Irrízari Ortiz, Superintendente de Marina de la United Fruit and Sugar Company |
El práctico mayor del puerto de Banes lo fue Manuel
Martínez Gandoll. Luego de su jubilación atendían el puerto los prácticos de la
Corporación de Antilla, en especial Aldegundo Catá.
No obstante, el práctico en funciones más recordado es
Emisenio Ricardo, que era el segundo práctico del puerto.
El jefe del muelle era Manuel Hidalgo y los capataces: Manuel Hidalgo Desdín,
Manuel Rojas, Gilberto Rojas, Aldo Hernández y Lucidio Hasty.
Emisenio
Ricardo en la lancha del práctico del puerto. Lo acompañan sus hijos Fermando y Román |
El primer administrador la aduana del puerto de Banes fue el Comandante
Pedro Cañas Borges, que se desempeñó desde el 6 de enero de 1904 al 7 de enero
de 1906. Le siguieron en ese orden:
Rafael Padierne (7-1-1909 al 29-4-1909)
Jesús Manduley Salazar (29-4-1909 al 15-3-1911)
Ramón Sánchez Cidra (15-4-1911 al 28-8-1911)
Salvador Campañá Pupo (28-11-1911 al 31-12-1912)
Miguel V Parellada (31-12-1912 al 13-8-1913)
Alberto Silva Quiñones (13-8-1913 al 14-12-1922)
Manuel Hidalgo Carballosa (16-2-1923 al 14-1-1925)
Eudaldo Pérez Quevedo (14-1-1925 al 10-8-1925)
Agapito Rojas Betancourt (11-8-1925 al 16-2-1931)
Carlos Manuel Díaz (16-3-1931 al 23-1-1933)
Pedro Díaz Carballosa (28-5-1934 al 2-11-1934)
Isaac Herrero Tabares (26-3-1936 al 1-12-1944)
Carlos O. Avilé Vázquez (6-12-1944 al 1-10-1952)
Isaac Herrero Tabares (1-10-1952 al 1-1-1959)
La persona que permaneció más tiempo laborando en las funciones aduanales
en el puerto de El Embarcadero fue José Ángel Cesáreo Rodil Rodríguez, natural
de Santander, España, quién arribó a Gibara a
la edad de 5 años, traído por su padre, comerciante español. Era un
hombre instruido, que estaba en posesión del grado de bachiller, lo cual en esa
época fundacional era una verdadera
excepción y persona culta, que había
formando parte de la banda municipal de Gibara, en la cual tocaba más de un instrumento musical (Trombón,
Acordeón, Filarmónica, Guitarra). Rodil permaneció laborando en la Aduana del
puerto de Banes desde 1906, año de su arribo a este poblado, hasta 1960, año de
su fallecimiento, a la venerable edad de 80 años. Siempre vistió de traje,
corbata y chaleco. Portaba consigo en todo tiempo un paraguas.
Cesáreo
Rodil Rodríguez, figura ineludible de la historia de El Embarcadero |
Muy buen escrito.. como siempre.
ResponderEliminarMi familia tiene historia
ResponderEliminarAlguien vonose a inguinio Vasquez
ResponderEliminarQue gran orgullo siento al ver los nombres de mis 2 bisabuelos en este maravilloso escrito del embarcadero de Banes. El práctico mayor del puerto Manuel Martínez y el capataz Aldo Hernandez. Ademas de mi querido padrino Jose Martínez Hidalgo, maquinista de barco velero y en sus últimos años de remolcadores
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