29/12/13

Defunción de Catarina Josefa Diéguez Pupo, 1798

El estado de conservación de los libros de la iglesia de San Isidoro de Holguín es, con respecto a algunos tomos o secciones, muy lamentable. Transcribiendo algunas páginas de uno de los libros de defunciones del siglo XVIII me encuentro con certificaciones como ésta:

Quien no tenga suficiente información sobre los habitantes de Holguín en el siglo XVIII nunca podrá saber de quién se trata. En la certificación apenas se lee que se trata del año 1798, febrero, que la fallecida se llama Catarina, que era adulta, hija de Diego ..., y .... Pupo, casada con Salv° Marrero.

En efecto, sólo una búsqueda minuciosa en el árbol de las familia Pupo y Marrero puede arrojar luz sobre esta persona.

Se trata pues de: Catarina Josefa Diéguez Pupo, bautizada en San Isidoro de Holguín el 27-4-1733, hija de Juan Antonio Diéguez Gordiana y de Juana Pupo de Góngora. Casó el 1-7-1748 con Salvador Marrero de la Rosa, natural se Santa Cruz de Tenerife, Canarias, fallecido en Holguín el 12-4-1776, e hijo de Salvador Marrero y de Francisca de la Rosa. De quienes descienden muchos de los Marrero de la región de Holguín.

23/12/13

Asesinado por ladrones en San Isidoro de Holguín


Año del Señor de mil setescientos noventa y siete, día diez y seis de agosto, Don Alberto Ignacio, h. l. [hijo legítimo] de D. Francisco de Loynaz y Da Alverta Agede, naturales del Reino de Galicia, Arzobispado de Santiago, casado y velado en la ciud de La Habana, con Da. María Policarpo de los Dolores Ximénez, murió en comunión con Ntra. Santa Me [Madre] Iga [Iglesia] en las casas de su habitación sin haber recibido ninguno de los santos sacramentos por haber fallecido asesinado por ladrones.

Fue sepultado al siguiente día en esta Iglesia Parroquial [de San Isidoro de Holguín] de Cruz Alta, Capa Pluvial y dos acompañados por Vigilia por mí, D. Joseph Antonio Saco, Presbítero Cura Rector  Bendecido por S. M. de Ntra. Iglesia y para que conste lo firmo,

D. Joseph Antonio Saco

19/12/13

Vindicación de El Embarcadero de Banes (segunda parte)

© por Liduvino Oscar Quiñones Ruiz

DESARROLLO DE LAS ACTIVIDADES MARITIMAS Y PORTUARIAS

La construcción de los muelles y sus facilidades accesorias posibilitaron el incremento del desarrollo de las actividades en el puerto de Banes, tanto las correspondientes a la exportación de azúcar y mieles producidas en los centrales Boston y Preston, como las de importación de cargas generales, las así llamadas cargas blancas.

Se instaló, además, toda una red de vías férreas que facilitaba la comunicación del puerto con los centrales Boston y Preston y con los departamentos comerciales de la United Fruit and Sugar Company radicados en ambas localidades.

Así lucía en 1920 el muelle pequeño del puerto de El Embarcadero. En segundo plano en la foto, a la izquierda, el Barrio de Ceuta y en igual plano, al centro, los almacenes de la Aduana.
Vista del muelle largo del puerto de El Embarcadero de Banes en 1928. La caseta con la bandera era el resguardo, donde desarrollaban sus actividades los inspectores de la aduana del puerto. Puede apreciarse, a la derecha en la imagen, una casilla de carga del ferrocarril, de las normalmente utilizadas ya en esa etapa con fines de transportación.

En esta época, en la cual el acceso al pueblo de Banes por carretera aun no se había desarrollado lo suficiente, puesto que existían sólo los caminos vecinales, con tramos verdaderamente intransitables, particularmente en época de lluvias, tanto la navegación, incluida la de cabotaje, como el transporte por ferrocarril eran esenciales para el desarrollo económico y social del territorio municipal. En lanchas y en lanchones se transportaba buena parte de los materiales e insumos necesarios, además, de establecerse por la vía marítima la comunicación con otras localidades del término municipal y con otros villas vecinas, tales como Gibara y Baracoa, consolidadas  como municipios con anterioridad, procedentes de las cuales llegaron a Banes personas con instrucción y oficios.

Lanchas y lanchones en el muelle pequeño del puerto de El Embarcadero

Estas actividades comerciales, y también las que se realizaban con el exterior del país, en una etapa inicial estaban a cargo de una Compañía Naviera Cubana, la cual operaba barcos  bajo bandera de otros países, tales como Panamá y Grecia, algunos con nombres muy criollos como Baracoa y Oriente, pasando luego a encargarse de las relacionadas con el comercio exterior la Maritrop Trade Corporation, subsidiaria de la United Fruit and Sugar Company con sede en Boston, puerto norteamericano que recibía las producciones de azúcar y miel exportadas y del cual se recibían  las cargas blancas. Dichas relaciones comerciales garantizaban desde el suministro en tiempo y forma de las mercaderías, las cuáles se expendían en los departamentos comerciales de Banes y Preston, hasta todos los insumos requeridos por los hospitales de la UFCo ubicados en estos pueblos del Oriente del país, en el desarrollo de sus labores asistenciales, incluidos los equipos médicos, además de todo tipo de materiales y accesorios en general, incluso automóviles. Los comerciantes particulares, que se dedicaban al comercio mayorista y minorista, también recibían las mercancías por esta vía.

Al puerto de El Embarcadero arribaban de forma sistemática y periódica barcos de carga, buques mieleros, buques tanques.

A partir del año 1935 este puerto se convierte en un subpuerto del puerto de Antilla, atendiendo a que en sus muelles eran descargadas las mercancías destinadas a Banes y a Preston.

Buque mielero de buen porte en el muelle largo de El Embarcadero. Nótese, además, la presencia  de otros buques en los muelles. La imagen es muy ilustrativa del tráfico que existió en este puerto
El buque tanque Almoco en el muelle de El Embarcadero. Fecha  9 de febrero de  1938
El buque mielero Lago Buttler en la bahía de Banes

LA CRIADA: EL REMOLCADOR  MÁS RECORDADO

En el año 1919 el remolcador El Criado fue sustituido por el remolcador La Criada, el cual estuvo desarrollando sus labores de forma ininterrumpida durante 30 años, hasta 1948.

La tripulación de La Criada la formaban el capitán Vargas, sustituido en 1933 por Arturo Castelo Gilbert, José Ibarrarán como Jefe de máquinas, Alberto Agüero Raspait era el engrasador y los marineros Asdrúbal Vega y Carlos Montero.

La Criada fondeada en el espacio que habitualmente ocupaba entre los muelles largo y pequeño del Puerto de El Embarcadero. Año 1928
El remolcador La Criada en el muelle del puerto de El Embarcadero en el año 1938


El remolcador La Criada realizando sus labores en las proximidades de la entrada al estrecho de Banes (El Cañón) en el año 1938

En el año 1948 el remolcador La Criada fue sustituido en sus funciones  por el remolcador Macabí, el cual llegó al Puerto de El Embarcadero procedente de Estados Unidos y fue recibido por la misma tripulación de La Criada. En un lamentable y espectacular accidente, ocasionado por la explosión de un cilindro de gas de la cocina de a bordo de este remolcador, perdió la vida el marinero Carlos Montero, excelente pelotero, integrante del Equipo Portuarios.


El Remolcador Macabí en  El Cañón de Banes  en 1953. 
Foto tomada en la  última curva a la entrada, cuando soltó el cabo del barco. 
El Macabí remolcando a un buque dentro de la bahía de Banes. Nótese en la chimenea del buque el emblema de la Maritrop: una M.


LA LANCHA BOSTONIA

Esta lancha había sido comprada por la United Fruit and Sugar Company al rico comerciante gibareño José Antonio Boela y Tauler e inscripta como propiedad de la Compañía Naviera Cubana “Navegación Costanera”. Era utilizada para trasladar las brigadas de trabajadores portuarios al muelle de Macabí, para cargar los barcos azucareros y en el traslado del práctico del puerto a los buques, luego fue sustituida en estas últimas funciones por un barco velero de unos 22 metros de eslora (largo). Su maquinista era José Martínez Hidalgo. Permanecía en los muelles de El Embarcadero, junto a La Criada.

LA GRAN FLOTA BLANCA DE LA UNITED FRUIT AND SUGAR COMPANY Y SU RELACION CON EL PUERTO DE EL EMBARCADERO

En el caso de los puertos ubicados en la bahía de Banes, dadas las características del estrecho que da acceso a la misma, los barcos de la Flota Blanca de la United Fruit and Sugar Company utilizados en el transporte por la vía marítima eran en general  buques cargueros, arrendados por la UFCo a la Empresa Hondureña de vapores, los cuáles navegaban bajo la bandera de ese país centroamericano. Estos cargueros eran capaces de transportar en sus bodegas de 26 000 a 30 000 sacos de azúcar de 325 libras cada uno, los cuáles, a partir de la modernización del puerto de Boston, se transportaban a granel. Dichos barcos contaban también con posibilidades de acomodar en ellos a algunos pasajeros, las cuáles eran utilizadas por los funcionarios y trabajadores de la UFCo para  sus viajes de negocio o de vacaciones. Los hijos de familias radicadas en Banes, que cursaban estudios en universidades y colegios norteamericanos, también usaban esta posibilidad para trasladarse durante los períodos vacacionales.

Aunque eran un total de 7 los cargueros, que integraban el grupo de barcos arrendados, los que con más intensidad han permanecido en la memoria histórica, relacionada con el Puerto  de El Embarcadero son el Mabay, el Choloma, el Maraví, el Manaquí y el Mayarí, particularmente los dos primeros.


El carguero Mabay en el puerto de El Embarcadero. 
Sus dimensiones eran  320 pies de eslora (largo) y 50  pies de manga (ancho). 
Tenía una capacidad de 216 000 pies cúbicos y podía transportar 12 pasajeros. 
Su velocidad de desplazamiento era de 10 nudos
El carguero Choloma cargado de azúcar del central Boston saliendo a mar abierto. 
Sus características eran similares a las del Mabay, pero contaba con facilidades  sólo para 10 pasajeros.
El carguero Mayarí. Era de  los de menores  dimensiones: 303 pies de eslora (largo) y 47  pies de manga (ancho). Tenía una capacidad de 163 000 pies cúbicos transportaba 9 pasajeros. Su velocidad de desplazamiento era de 10 nudos


FUNCIONARIOS DEL PUERTO DE EL EMBARCADERO

El Puerto de Banes era atendido por un superintendente de marina, que lo fue Euclides Irrizarí Ortiz, puertorriqueño de origen, que hablaba inglés fluidamente aunque también desempeñó esta función, en cargo de asistente, Julio Neddermeyer, de origen alemán.


Euclides Irrízari Ortiz, Superintendente 
de Marina de la United Fruit and Sugar Company
El práctico mayor del puerto de Banes lo fue Manuel Martínez Gandoll. Luego de su jubilación atendían el puerto los prácticos de la Corporación de Antilla, en especial Aldegundo Catá.

No obstante, el práctico en funciones más recordado es Emisenio Ricardo, que era el segundo práctico del puerto.


Emisenio Ricardo en la lancha del práctico del puerto. 
Lo acompañan sus hijos Fermando y Román

El jefe del muelle era Manuel Hidalgo y los capataces: Manuel Hidalgo Desdín, Manuel Rojas, Gilberto Rojas, Aldo Hernández y Lucidio Hasty.

El primer administrador la aduana del puerto de Banes fue el Comandante Pedro Cañas Borges, que se desempeñó desde el 6 de enero de 1904 al 7 de enero de 1906. Le siguieron en ese orden:

Rafael Padierne (7-1-1909 al 29-4-1909)
Jesús Manduley Salazar (29-4-1909 al 15-3-1911)
Ramón Sánchez Cidra (15-4-1911 al 28-8-1911)
Salvador Campañá Pupo (28-11-1911 al 31-12-1912)
Miguel V Parellada (31-12-1912 al 13-8-1913)
Alberto Silva Quiñones (13-8-1913 al 14-12-1922)
Manuel Hidalgo Carballosa (16-2-1923 al 14-1-1925)
Eudaldo Pérez Quevedo (14-1-1925 al 10-8-1925)
Agapito Rojas Betancourt (11-8-1925 al 16-2-1931)
Carlos Manuel Díaz (16-3-1931 al 23-1-1933)
Pedro Díaz Carballosa (28-5-1934 al 2-11-1934)
Isaac Herrero Tabares (26-3-1936 al 1-12-1944)
Carlos O. Avilé Vázquez (6-12-1944 al 1-10-1952)
Isaac Herrero Tabares (1-10-1952 al 1-1-1959)

La persona que permaneció más tiempo laborando en las funciones aduanales en el puerto de El Embarcadero fue José Ángel Cesáreo Rodil Rodríguez, natural de Santander, España, quién arribó a Gibara a  la edad de 5 años, traído por su padre, comerciante español. Era un hombre instruido, que estaba en posesión del grado de bachiller, lo cual en esa época fundacional era  una verdadera excepción  y persona culta, que había formando parte de la banda municipal de Gibara, en la cual tocaba  más de un instrumento musical (Trombón, Acordeón, Filarmónica, Guitarra). Rodil permaneció laborando en la Aduana del puerto de Banes desde 1906, año de su arribo a este poblado, hasta 1960, año de su fallecimiento, a la venerable edad de 80 años. Siempre vistió de traje, corbata y chaleco. Portaba consigo en todo tiempo un paraguas.
Cesáreo Rodil Rodríguez (a la derecha) y Enrique Tur (a la izquierda) en las oficinas de la aduana del puerto de El Embarcadero en agosto de 1960. Fueron declarados ambos empleados inamovibles de la Aduana, por sus años de permanencia laborando en la misma

Cesáreo Rodil Rodríguez, figura ineludible 
de la historia de El Embarcadero